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Capitán de primera

Sebastián Pérez cerró la temporada de la Liga Portugal, como protagonista de la permanencia del Boavista en la primera división lusa.

Dentro de una competencia deportiva hay muchas maneras de terminar siendo un ganador, solo hay un campeón, pero no todos los demás son perdedores.

En el caso de un torneo de fútbol de primera división profesional, cada club se juega su propio torneo, de acuerdo a sus posibilidades reales; algunos compiten por el título, otros por ingresar a copar internacionales, otros juegan un torneo aparte, el de la permanencia.

Ese ‘torneo’ es especialmente duro y dramático, competir por no descender es un ejercicio que pone a prueba el sistema nervioso de hinchas, directivos y jugadores cada semana.

Templanza y liderazgo

Mantenerse con la cabeza fría y el corazón caliente en momentos especialmente críticos no es para todos, ser además la cara visible de un posible fracaso, requiere de una personalidad sólida, de un carácter fuerte.

Ese es el trabajo de Sebastián Pérez. Durante 34 extenuantes jornadas, el colombiano se puso la cinta de capitán y lideró un grupo de hombres, para mantener el honor de un club legendario, para sostener el barco, aún en momentos en los cuales el naufragio estaba a la vista.

Hasta el último momento de la última jornada, Boavista estuvo al borde del abismo, sin embargo y gracias al aplomo de profesionales como nuestro ‘Sebas’, hoy los torcedores ajedrezados pueden decir: «somos de primera».

Drama al orden del día

El equipo de Porto tuvo que esperar hasta el minuto 101 de su partido como local, frente al Vizela, para igualar a dos goles y quedarse en la división de honor, y aunque Sebastián no pudo hacer parte de la plantilla en el último encuentro, fue el indiscutible timonel a lo largo de una durísima temporada que tuvo un final feliz.

Llegan las merecidas vacaciones, el descanso del guerrero se aproxima, veremos que pasa con un jugador que disfruta de su madurez deportiva, con un rendimiento notable.

El colombiano ha conquistado a la hinchada de la otra mitad de la ciudad de Oporto, aquella que ha visto brillar a tantos cracks oriundos de la tierra del café con la camiseta del poderoso Porto; esta vez el club humilde de la ciudad celebra la permanencia, coronando a un obrero paisa. O Capitão Sebastián Pérez.

 

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